

El Holocausto fue uno de los momentos más terríficos conocido en la historia que se llevó la vida de muchos inocentes. Se caracterizó por la intención del régimen nazi de darle un sustento legal al odio racial. El Holocausto fue el genocidio en el que aproximadamente seis millones de judíos fueron asesinados por el régimen nazi, bajo el mando de Adolf Hitler, y sus colaboradores. Fue sin dudarlo un momento de oscuridad que no podrá borrarse de nuestras memorias. Para lograr su escalofriante e inhumano objetivo se construyeron los campos de concentración, los cuales fueron la herramienta de tortura y de terror de la política nazi entre 1933 y 1945.
Millones de personas fueron asesinadas de manera cruel e insensible a mano de los nazis en estos campos; la mayoría de asesinatos se realizaron en las cámaras de gas y otros por hambruna, agotamiento, enfermedades, fusilamientos y golpes. Ni las mujeres ni los niños fueron salvados de las operaciones nazis de asesinato masivo. Auschwitz, Treblinka, Dachau... nombres familiares que retumban por haber sido campos de trabajo, concentración o exterminio del Tercer Reich alemán que quedaron fijos en la conciencia humana por las atrocidades cometidas a manos de la que se consideraba una nación civilizada. Aunque no todos son tan famosos, hay uno en particular que es casi desconocido: Ravensbrück. A pesar de que fue uno de los primeros en instalarse en mayo de 1939 y el último en ser liberado en 1945, este campo de trabajo y, al final, de exterminio ha permanecido en los márgenes de la historia. Fue el campo más grande creado exclusivamente para mujeres. En 1942, un campo de mujeres fue creado en Auschwitz, sus primeras prisioneras eran mujeres deportadas de Ravensbrück y en Belsen, un campo de mujeres fue creado en 1944. Las mujeres que vivían en los campos tenían mucha solidaridad entre ellas para poder conseguir comida para ellas y sus hijos, también otros de sus principales objetivos era evitar el sufrimiento de los niños y lograr utilizar estrategias de maestras y madres para que los niños continuaran con su educación. Con esto las mujeres demostraron su fortaleza y dieron esperanza a muchos niños en los campos. Para conseguir los útiles escolares para las escuelas clandestinas en los campos, ellas intercambiaron pertenencias que lograron esconder. Lamentablemente, estas escuelas clandestinas solo duraron unos meses, porque se les acabaron los objetos para intercambiar y las mujeres encargadas de la enseñanza llegaban muy cansadas por los trabajos forzados que realizaban. Las mujeres que vivían en los campos trataban de ser fuertes y valientes por el bien de sus hijos a pesar de los temibles maltratos que pasaban ahí. Algo triste y lamentable fue que las mujeres que tenían niños pequeños, eran a menudo, las primeras ¨seleccionadas¨ para gaseamiento en los campo de exterminio. Uno de los horrores que distinguió el campo de concentración de Ravensbrück fue que, a partir del verano de 1942, un grupo de médicos de las SS lo empleó para someter a los prisioneros a experimentos médicos alejados de cualquier ética. Los nazis detuvieron mujeres para realizar trabajos forzados. Los médicos nazis a menudo usaban las mujeres judías y gitanas para experimentos de esterilización y otros experimentos humanos inmorales. En los campos y los ghettos, las mujeres eran particularmente vulnerables al acoso y la violación. Las mujeres judías embarazadas a menudo trataban de ocultar sus embarazos, ya que en caso contrario eran forzadas a hacer abortos. Como si no tuvieran límites en su sadismo, en 1942 las SS comenzaron a abrir burdeles en algunos de los campos de concentración. Las autoridades del campo decidieron explotar sexualmente a las mujeres prisioneras en Ravensbrück, tarea para la que obligaron a prostituirse a al menos 100 de ellas.
Mientras que las autoridades del campo obligaron a algunas prisioneras a trabajar en el burdel, otras se habrían "ofrecido" a trabajar en el prostíbulo después de que las autoridades del campo les prometieran un trato preferencial o ser liberadas del campo de concentración después de seis meses. Ninguna de las mujeres fue puesta en libertad como les habían prometido.
Se pudo demostrar la fuerza de las mujeres durante esa época, ya que algunas mujeres valientes eran líderes o miembros de organizaciones de la resistencia en los ghettos. Otras mujeres participaron activamente en la resistencia armada de los campos. En Auschwitz, Ella Gartner, Regina Safir, Estera Wajsblum, y Roza Robota proveyeron la pólvora que los prisioneros del Sonderkommando usaron para volar una cámara de gas y matar a varios guardias SS en octubre de 1944. Otras mujeres participaron activamente en las operaciones de ayuda y rescate de los judíos en la Europa ocupada.
Se debe decir que también tuvieron que sufrir psicológicamente, ya que en los campos no se les trataba con dignidad, tenían la agonía de ver o de pensar en el sufrimiento de sus seres queridos, de los cuales eran obligadas a separarse y a la desesperación de no saber si estarías viva el día siguente.
En conclusión, en mi opinión las mujeres fueron uno de los grupos más afectados y violentados en la II Guerra Mundial. Las autoridades nazis no tuvieron ningún tipo de compasión con ellas. Sufrieron maltratos físicos y psicológicos, pero a pesar de todo esto ellas siempre velaron por el bien de sus niños y trataban de ser un grupo unido que se apoyaba mutuamente para afrontar las dificultades que tuvieron que sufrir.


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